jueves, 26 de febrero de 2009

Julio y Gustavo...



Es difícil catalogar la obra de Romero de Torres (1874 – 1930) dentro de un género artístico concreto. Algunos críticos lo sitúan dentro del campo folklórico y otros llegan a situarlo dentro del simbolismo, mientras que la mayoría lo coloca dentro de la corriente modernista, basándose tanto en la presencia de elementos vegetales o frutales, como en la estilización de los motivos con una tendencia al uso de mujeres en actitudes delicadas o de sus explícitos primeros planos. Sin embargo el modernismo por lo normal carece del espíritu libertino de este pintor, amigo de la confrontación y la transgresión que hizo incluso que los propios modernistas rechazaran su obra en su tiempo. Julio Romero de Torres es un postromántico, un rebelde contra las formas de vida burguesas con un espíritu de libertad propio y característico. En 1920 la sociedad española no veía con buenos ojos estas mujeres desnudas; en realidad, no las vio bien hasta mucho después. Romero de Torres era el niño terrible de la sociedad cordobesa, que lo catalogaba de borracho y mujeriego.



De su misma generación, aunque algo mayor que él, fue Gustav Klimt (1862 - 1918) pintor simbolista austríaco y uno de los miembros más prominentes de la Secesión Vienesa. Klimt fue famoso por representar mujeres desnudas en sus pinturas, utilizando como modelos un séquito de mujeres de vida humilde que le servían de musas y con las que mantenía relaciones más o menos irregulares. El tema que trata en la mayoría de sus cuadros es la sexualidad femenina recorriendo el ciclo de la vida en todas sus etapas: procreación, gestación, infancia, juventud y vejez, salud y hermosura, enfermedad y muerte. Gustav Klimt murió a causa de un derrame unos meses antes del colapso del Imperio Austrohúngaro, y fue enterrado en el cementerio vienés de Hietzing, donde sigue hoy. Un número considerable de sus obras fue confiscado por la dictadura nazi, por inmorales. Ante la derrota del Reich y el avance de las tropas aliadas prefirieron quemar el castillo donde éstas permanecían confiscadas.


miércoles, 25 de febrero de 2009

Una mujer desnuda y Mario Benedetti




Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra de modo que si ocurre un desconsuelo un apagón o una noche sin luna es conveniente y hasta imprescindible tener a mano una mujer desnuda. .....

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza entonces dominguea el almanaque vibran en su rincón las telarañas y los ojos felices y felinos miran y de mirar nunca se cansan. .....

Una mujer desnuda y en lo oscuro es una vocación para las manos para los labios es casi un destino y para el corazón un despilfarro, una mujer desnuda es un enigma y siempre es una fiesta descifrarlo. .....

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende el cielo raso se convierte en cielo y es una gloria no ser inocente una mujer querida o vislumbrada desbarata por una vez la muerte.
.....
Mario Benedetti (1920-2009)

lunes, 9 de febrero de 2009

Una maja histórica...


Tórtola Valencia fue una enigmática y exótica bailarina que cautivó con sus danzas a medio mundo a principios del siglo XX. Esta mujer es la imagen que la casa Myrurgia eligió para representar a la Maja que aparecía en su línea de cosméticos. En los envoltorios se reproduce la imagen de una mujer con peineta inspirada en una fotografía de la artista; el envase era una caja de cartón forrada con papel impreso en relieve con la imagen de la maja y motivos florales. Nacida en Sevilla en 1882, de niña emigró a Inglaterra y después a Méjico, país en el que sus padres murieron. Tórtola fue adoptada por un personaje de la alta sociedad de Londres que le proporcionó una refinada educación. Al morir su mentor en 1906 tuvo que independizarse y encontró en el baile la mejor forma de ganarse la vida. Tuvo contacto con bailarinas como Isadora Duncan y logró un estilo personal que despertó pasiones entre la élite intelectual de la época. La Iglesia Católica se indignó cuando estrenó “Salomé” y llegó a prohibir la representación del espectáculo de danza por considerarlo inmoral. Probablemente bisexual, fue una mujer enigmática y su vida estuvo llena de anécdotas y secretos poco adecuados al puritanismo de la época. Recogemos una cita que se le atribuye:



“Nunca debiera encerrarse la danza en los estrechos límites de un tema preciso y definido. Hay un estilo que puede llamarse natural, ya que no es producto ni de la ciencia ni de la reflexión, sino de la inspiración que brota desafiando todas las reglas, todos los convencionalismos”.

PS. Independientemente de lo anterior, conservo el recuerdo del aroma de ese perfume como algo de lo insoportable de mi infancia, que tuvo sus más y sus menos como es obvio...