El Concurso del Ombligo de la Maja

Esta vez el Comité ha decidido lanzar un reto a los concursantes, con la esperanza de que Neverending se aplaque algo y tenga piedad del público asistente. El artista de este ombligo transita por la experiencia de la modernidad, entendida con el afán de superar el peso de viejas prácticas para proponer un territorio plástico de mayor fluidez. La influencia mediterránea es un síntoma elocuente de arraigo, algo que se percibe en su pincelada como un trabajo docente y conspicuo. La evidente pedagogía académica que el artista revela tuvo también que ver en ese momento con el peso de las novedades del panorama artístico europeo de la época. Esos primeros profesores se apropiaron de las novedades del momento para construir de manera implícita una modernidad en la periferia. Las nuevas maneras de enseñar residían entonces en la adopción de un esquema paulatino, que consistía primero en la reproducción de estampas para pasar luego a la copia del natural. Esta última estrategia implicaba ciertamente un rasgo de modernidad en la enseñanza de las bellas artes, que abandona la copia de arquetipos y la pintura de memoria en el taller. Una manera inédita de enseñar tomando modelos de la vida real y que está a tono con un nuevo temperamento artístico, propio de la pintura al aire libre y del mundo regional y costumbrista.

El concursante deberá averiguar el nombre del autor de la pintura y su fecha de ejecución. Obsérvese que se trata de una maja semivestida, una maja púdica, podría decirse. El premio es el de siempre, pero incluye un CD con música de Vivaldi (en homenaje al ganador); la orientación de la pintura es la misma que la original, así que no se me despisten. Bene, pues a trabajar que este no es Delvaux... vamos que ni se le arrima.