miércoles, 12 de marzo de 2008

Las peligrosas amistades de Sabine Schönberger

Clandestina remite a Sabine Schönberger (Öhringen, 1965) que es una fotógrafa alemana residente en Friedrichsruhe, una encantadora ciudad de la antigua Prusia. Su inspiración se nutre del erotismo, la naturaleza, el cine y la literatura, principalmente con relatos fantásticos, novelas de género. cuentos de hadas, etc. Dicho esto, la artista alemana intenta captar una naturaleza interior de los seres que fotografía, a través del lado oscuro de su cortina, con una enorme gama de variaciones. Su forma de ilustrar se inspira en distintas tendencias simbólicas, con preferencia decidida por los aspectos gothic y fetish en sus distintas variantes; encuadres que van más allá de las representaciones puramente ópticas con incorporación de motivos figurativos, recurrentes y evocadores que se sitúan como verdaderos biotopos de sus ensoñaciones. Con su cámara, Sabine Schönberger parece que visualizara la profunda oscilación oculta del ser, pero también el deseo íntimo que está en todos nosotros de descubrir (y vivir) distintos mundos de fantasía como leves paisajes del alma, en los que los sueños parece que se levantan y comienzan a bailar al son que ella quiere disponer.

Pero a veces, la inspiración fílmica y exótica nutre el imaginario de Schönberger la traiciona, al utilizar desde historias bíblicas como la de Salomé, de suntuosa y abundante evocación literaria y musical en Alemania, hasta la novela libertina del siglo XVIII (Sade, Choderlos de Laclos) pasando por la inspiración exótica de la españolada de Beaumarchais y su conocida secuela musical (Bizet, Chabrier, Laló). También pasa naturalmente por las Majas, hasta llegar por ese camino bien trillado a la tradición fetish, con su secuela de armaduras, encajes y botines. Esa circunstancia le hace apuntar a un camino más naturalista que encuentra el primer porno soft de los setenta (Jaeckin, D’Amato) con sus imágenes naturalistas de turbantes y senos desnudos. Una inspiración más antigua y sajona alimenta a la autora con los fairy tales que nutren la moderna mitología cinematográfica de espada y brujería sin dejar de hacer tampoco un guiño a autores de renombre como Skakespeare, presentado una Ofelia de inspiración prerrafaelita. Mucho ganado para tan poco pienso, en mi opinión. Sabine tiene unas amistades ciertamente peligrosas, y sobre todo convencionales. Me pregunto si tomará sangría y paella en los veranos de Mallorca. Pues eso.


“La raíz de todo arte es, quizá, el temor ante la muerte. Sentimos esa certeza en nuestro propio corazón y también en nuestra propia vulnerabilidad. Con nuestras imágenes pensamos en crear obras para salvar algo de esa gran danza mortal, para que tenga vida más allá de nosotros mismos”

(Hermann Hesse)

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