viernes, 7 de marzo de 2008

Neverending descubre las tetas misteriosas (y de paso, la maja)


Neverending es un auténtico aficionado al arte y un entusiasta del proyecto Maja. Una hora después de que Embrujada descubriera (en colaboración) la identidad de Sir Lawrence Alma-Tadema, Neverending remitió (ante el asombro del Comité) la identidad del maestro holandés. Hoy, acto seguido, nos descubre las tetas que pintó (entre otras) D. Ignacio Zuloaga. Dice Neverending:

Aunque me ha costado y me voy a acabar haciendo un experto, he de decirte que las TETAS MISTERIOSAS de hoy pertenecen a "EL DESNUDO DE LA MANTILLA Y EL CLAVEL, 1915" de IGNACIO ZULOAGA Y ZABALETA, del que mando una reseña histórica para que la gente lo conozca. Por cierto, hoy por temas laborales he pasado por su ciudad natal (Eíbar, Guipúzcoa).

Se ve que Neverending se inspiró allá, a pesar de las brumas del Urola. Extractamos la reseña de Neverending a la vez que el Comité le da la más cordial enhorabuena...¡Bravo Neverending...así da gusto!

Tal y como dice Neverending, Zuloaga nació en Eibar el 26 de junio del año 1870. Era hijo de Plácido Zuloaga, un escultor ornamental que prefería que su hijo estudiase arquitectura. No fue así, pues Zuloaga fue obstinado desde joven, y convenció a su padre para que lo enviara a estudiar a Roma, para seguir su vocación de pintor, Así, fue a Italia en el año 1889 pero no se adaptó al academicismo tradicional y un año más tarde estaba ya en París, donde tuvo la oportunidad de conocer a Degas, Gauguin y Toulousse-Lautrec. Allí contrajo matrimonio con la hermana del pintor francés Máxime Dethomas.


De vuelta en España después de una estancia en Londres, durante los años 1893 y 1895 viajó con frecuencia a Sevilla, interesándose por temas andaluces y costumbristas. En 1898 se trasladó a Segovia, donde captó la importancia de los personajes de Castilla con los que se identificó enseguida. A esta época pertenecen algunas de sus obras importantes, como "Los flagelantes", "La cofradía del Cristo de la Sangre", "El enano Gregorio Botero". En dicha ciudad instaló su estudio en la antigua iglesia románica de San Juan de los Caballeros, desde donde empezó a enviar cuadros a las exposiciones de París. El éxito llegó pronto en Francia a través de sus cuadros "Amigos", "La enana doña Mercedes" y la serie de retratos "La familia de mi tío Daniel". En 1898, obtuvo la primera medalla de la IV Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas de Barcelona. A partir de ese año, su fama se expandió por Europa y los Estados Unidos, donde llegó a presentar exposiciones individuales en los años 1909, 1916, 1917 y 1925.

Fue pintor sobrio y grandísimo dibujante, de paleta brillante en ocasiones y en otras apagada. Singular y personalísimo retratista realizó retratos de personalidades, como Valle Inclán, Azorín, la condesa de Noailles, Enrique Larreta y muchos otros. Gran aficionado a los toros, conoció a Rafael el Gallo y era amigo de Belmonte. Por su tertulia de la plaza de las Vistillas pasaron personajes de variada catadura pero siempre interesantes entre los que destacaba Ortega y Gasset. Su obra tiene un carácter realista y a la vez expresionista, con una interpretación personalísima de la pintura y la pincelada, Su forzoso autodidactismo y su fuerte personalidad le granjearon algunas antipatías entre los críticos de arte, que no así entre sus amigos que lo adoraban. Representa, en cierta medida junto con José Gutiérrez Solana el género costumbrista de la pintura española del siglo XX pero con una diferencia de colorido y composición radicalmente distinta. Zuloaga es un vitalista con derivaciones místicas, un personaje aislado y social a la vez, un místico y un hedonista, y todo ese conjunto imbuido de una visión realista que podríamos llamar mágica, pero que en ocasiones también resulta descarnada. Se le ha atribuido un rechazo al impresionismo pero Zuloaga fue quizá el último de ellos, como lo fue Van Gogh en Francia.

Busca el dibujo y la referencia detallada y expresiva, con una pincelada que en ocasiones resulta pastosa y en otras económica. Es un pintor moderno que admira las lecciones clásicas de la pintura española, tanto en la expresión concisa y segura de los personajes que retrata como en las descripciones de tejidos, ornamentos o paisajes. Es cierto que paisajes no pintó demasiados - decía que los paisajes no daban dinero – pero casi siempre utiliza la excusa del retrato o del grupo para hacer una referencia al exterior, buscando esa luz a veces matizada de la castilla que amó. Zuloaga encontró su propio lenguaje, heredero de la tradición en la que se apoyaba y en las enseñanzas de otros a los que conoció muy bien. Adoraba a las mujeres y las retrató de todas las clases y en todas las posturas. Pero todo tiene un final, como dice la canción. El 31 de octubre de 1945, en su casa de las Vistillas, abandonó este mundo, dejando una obra grande, recia y vigorosa, como lo era su personalidad. Zuloaga bien merece estar en el Proyecto Maja. Gracias Neverending.

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