sábado, 16 de febrero de 2008

15 majas para morir


Desde su adolescencia, Modigliani fue literalmente venerado por las mujeres unánimemente; Modi era un tipo guapo que durante sus primeros años en París intentaba convertirse en escultor y trabajaba poco con modelos. Sus amantes eran dependientas de lavanderías, modelos de otros artistas o poetas que conocía en los cafés y en las reuniones que se realizaban en los talleres de sus amigos. Cuando se definió su carrera como pintor, su tema fue siempre y solamente el retrato. Pintó sólo cuatro cuadros cuyo tema no es el cuerpo humano: un paisaje de Toscana, en su época de estudiante en Italia, dos paisajes del sur de Francia, cuando, durante la guerra, vivió dos años en Cagnes-sur-Mer, donde era difícil encontrar modelos, y una naturaleza muerta, en un cuadro a dos manos con su amigo Moïse Kisling. Algunas artistas también se dedicaban a posar por dinero para pagar sus estudios de pintura, o simplemente para comprar los materiales imprescindibles para pintar. Tal es el caso de Suzanne Valladon, la madre de Maurice Utrillo, que había sido modelo de Renoir y en la época de Modigliani ya era una pintora reconocida. Modigliani retrató a muchas modelos profesionales, con quienes invariablemente tuvo relaciones íntimas, pero también fue solicitado por mujeres fascinadas por el ambiente artístico parisino, compradoras de arte o acompañantes de coleccionistas.


Los grandes desnudos de Amedeo Modigliani datan de 1917 y fueron pintados en el apartamento de Zborowski en la Rue Joseph Bara. Con ellos el pintor italiano se suma a la gran tradición del desnudo recostado iniciada por Giorgione en el siglo XVI, sin renunciar a un lenguaje plenamente moderno. Así lo evidencia el aplanamiento de las figuras femeninas, el empleo de un punto de vista inusualmente cercano, casi de primer plano fotográfico, y el protagonismo conferido a la línea como elemento expresivo. La conjunción de todos estos factores hace de sus desnudos recostados un auténtico icono del arte moderno. Entre 1917 y 1918 Modigliani pintó a mecenas y amigos, hasta llegar a conformar una verdadera galería de retratos del Montparnasse de los años 1910. Durante su estancia en Cagnes y en Niza -entre 1918 y 1919-, también posaron para él jóvenes modelos ocasionales. Otros artistas de su entorno que compartieron con él el interés por el desnudo fueron Kees van Dongen, Marc Chagall, Moïse Kisling, Tsuguharu Foujita, Jules Pascin, Suzanne Valadon, Wilhelm Lehmbruck, Jacques Lipchitz, Ossip Zadkine y Chana Orloff.

La actriz Elvira, la modelo negra Aicha, la poeta rusa Anna Akhmatova, la periodista inglesa Beatrice Hastings, la artista canadiense Simone Thiroux fueron algunas de las mujeres cuyos nombres quedaron asociados al de Modigliani. Muchas otras se autoproclamaron viudas cuando el pintor murió. La última compañera de Modi fue Jeanne Hébuterne a la que conoció cuando era estudiante de pintura en la academia Colarossi. Hija de una familia de pequeños burgueses, su relación con Modigliani produjo una ruptura violenta con su padre; a fines de noviembre de 1918, Jeanne dio a luz una hija de Amedeo, en Niza. A mediados de 1919, quedó embarazada de nuevo. La niña fue entregada a una institución para asegurarle unos cuidados que la pareja no podía ofrecerle, aunque no fue dada en adopción. La tuberculosis que Modigliani arrastraba desde la adolescencia se agravó durante 1919, y para el invierno la situación era insostenible. El 22 de enero de 1920, Ortiz de Zárate, el pintor chileno que fue su primer amigo en París, llevó a Modigliani al hospital, inconsciente, con la ayuda de Moïse Kisling y Zborowski. Lunia Czechowska, una amiga secretamente enamorada de Modigliani, se encargó de Jeanne, cuyo embarazo había pasado ya el noveno mes. Sin haber recuperado la conciencia, Amedeo murió las nueve menos diez de la noche del sábado 24 de enero. Jeanne fue llevada al hospital para ver por última vez a Modi. A las cuatro de la mañana del domingo, mientras sus padres y su hermano André discutían en otra habitación acerca del futuro de la muchacha y sus dos hijos ilegítimos, Jeanne abrió la ventana del antiguo dormitorio de casa de sus padres y se arrojó a la calle. El 27 de enero, mientras toda la comunidad de artistas formaba un impresionante cortejo fúnebre por las calles de París, acompañando el cuerpo de Modigliani al cementerio del Père Lachaise, los padres de Jeanne llevaron su cadáver en secreto al cementerio de Bagneux. En 1930, luego de diez años de súplicas, Emannuele Modigliani, el hermano mayor del pintor, convenció a los ofuscados Hébuterne para que permitieran el traslado de los restos de Jeanne a una tumba junto a la de Amedeo.

Estas majas fueron pintadas por Modigliani (1884-1920) entre 1917 y 1919. Para la composición se ha elegido una muestra de imágenes disponible en la red que refleja el intereés del pintor con relación a este tema de los desnudos en reposo. Es curioso que todas ellas estén orientadas en la pintura original con la cabeza situada en la parte izquierda del cuadro, Modigliani rara vez pintó un desnudo reclinado con la misma posición de la Majamajas aunque es probable que conociera perfectamente la obra de Goya. Sin embargo, en la tradición veneciana (Giorgine, Tiziano) las modelos suelen estar colocadas tal y como las presenta Modigliani, es decir, con la cabeza a la izquierda del lienzo. Para esta composición se ha procedido a generar las imágenes simétricas, de modo que la cabeza quede orientada como la de las Majas y así poder revelar la influencia del tipo en la composición de Modi. Obsérvese que el italiano utiliza los mismos elementos que Goya, el estudio de la piel y sus colores, la figura central iluminando el conjunto, los ropajes de fondo del diván y las manos situadas invariablemente por encima o detrás de cabeza. Y desde luego la aparición más o menos manifiesta del vello púbico, siguiendo la estela goyesca. también resulta curioso el parecido de todas las modelos, como si el rostro tuviera menor interés para el pintor que el propio cuerpo y la composición en sí. Al igual que Goya, Modi pone ocasionalmente de colorete en las mejillas de sus majas, e incluso un gesto pícaro y descarado que revela la intención exhicionista del desnudo frontal. En otras ocasiones la maja aparece dormida o en reposo, siguiendo otros esquemas clásicos que Modi conocía tan bien a través de sus estudios en Florencia y Venecia. Esta majas son el "canto del cisne" de Modigliani pues al poco tiempo de pintarlas moriría en un hospital de Paris. No he podido saber nada sobre la identidad de las modelos, y tampoco si eran una o varias. Es posible que para los cuadros los cuadros de 1917 que corresponden a los primeros números de la serie posara la propia Jeanne a la que había conocido, precisamente en 1917. En los posteriores es evidente que no ya que estaba embarazada de sus dos hijos. Modi pintó sus majas para antes de morir , aunque evidentemente el no lo sabía.

2 comentarios:

Berta dijo...

MODIGLIANI
Tal vez mi pintor preferido, ainssssssss
Como definir que me roban el corazón sus caras largas y personales, y sus figuras estilizadas.
No puedo olvidar con el tiempo ni la película, y no porque fuera el protagonista Andy Garcia ainsssssssss sino q bordó la vida tortuosa, delirante e intensa del pintor, plasmando a la perfección el drama reflejado en sus retratos.

;)

variopaint dijo...

Me alegra mucho el alma eso de que te guste Modi...gran tipo y sobre todo gran dibujante aunque excéntrico y vicioso él, como debe ser...
ya me contarás
Besos...